Las ORACIONES
Se distinguen, en primer lugar las oraciones simples, con un solo predicado,
de las complejas y las compuestas, que se construyen mediante la combinación más
o menos intrincada de varios predicados.
Sin embargo, los actos de habla y sus tipos oracionales
correspondientes no siempre coinciden: una oración enunciativa (declarativa)
puede representar una orden y es posible que una interrogativa no pregunte nada:
Modalidades oracionales
Podemos hablar de seis
modalidades oracionales distintas, caracterizada cada una de ellas por
unas marcas determinadas:
Enunciativas
Las oraciones enunciativas se
corresponden básicamente con los actos de habla declarativos y no presentan
marcas necesarias (tipo no marcado). Podríamos simplificar
diciendo que con una enunciativa se comunica sin
más un hecho. Pueden ser afirmativas: María José es morena; o
negativas: Marina no es morena.
Interrogativas
Mediante una oración interrogativa, el
hablante hace una pregunta. Se caracterizan por la entonación interrogativa y, a
veces, por un orden de palabras particular. Pueden ser directas e
indirectas. Las primeras preguntan directamente sobre algún elemento de la
oración, o sobre toda la oración: ¿Quién es Nuria?, ¿Vino Mariano?
Las indirectas forman parte de una
oración compuesta; son, por tanto, proposiciones, y dependen de un verbo de
entendimiento (saber, suponer, averiguar...) o lengua (decir,
preguntar, contar...):
Imperativas
También reciben el nombre de yusivas.
Son aquellas oraciones en las que el hablante da una orden. Normalmente utilizan
el verbo en imperativo: Despierta, Emma.
Pero hay otras formas verbales
que sustituyen al imperativo en la expresión de una orden: el futuro simple
de mandato, por ejemplo, se usa mucho en ciertas zonas dialectales (Comerás
esto para crecer mucho). También se puede utilizar en registros coloquiales
el infinitivo: ¡A comer!. En la prohibición, es decir, en las
imperativas negativas hay que utilizar el presente de subjuntivo. No es
correcto decir: *No ven, sino No vengas. Otro tiempo verbal
aceptable para mandato es el presente de indicativo: Por malo, hoy no
vienes de paseo. Otro ejemplo de futuro de mandato es: No
cometerás actos impuros. Cuando se incorpora la cortesía al discurso o se
quiere atenuar la fuerza de una orden suelen utilizarse interrogativas en
presente de indicativo o condicional simple: ¿Quiere hacerme este favor?,
¿Podría decirme dónde es?
Exclamativas
Son aquellas oraciones que ponen un
énfasis especial en la comunicación trasmitida o que expresan una emoción:
La entonación es la que a veces
convierte una enunciativa en una exclamativa.
Desiderativas
Se llaman también optativas. Son las
oraciones que expresan un deseo:
Se caracterizan por una entonación
próxima a las exclamativas y por el uso del modo subjuntivo.
Dubitativas
Están a medio camino entre las
afirmativas y las negativas. En ellas el hablante expresa una duda respecto del
mensaje, evita el compromiso sobre lo que dice, indica la probabilidad de que su
aseveración ocurra:
Suelen emplear el modo subjuntivo junto
a adverbios de duda y probabilidad. Para expresar que un hecho se considera probable a veces se
utiliza el futuro de indicativo: Serán las seis. Las dubitativas pueden
tener además modalidad interrogativa o negativa (¿Será tarde ya?,
No debe de ser tarde todavía).
Tipos de oraciones según las relaciones sintácticas entre sus miembrosSegún la presencia o ausencia de sujeto: impersonales
Las oraciones impersonales se caracterizan por no poseer los dos miembros de la
estructura sujeto + predicado, falta en ellas el sujeto. Constan de un único
miembro, por eso se las llama también unimembres.
No deben ser confundidas con aquellas otras en las que el
sujeto no adopta forma léxica diferenciada pero va implícito en el morfema de
persona del verbo:
Se dan varias clases de oraciones sin sujeto en español: Impersonales de verbos meteorológicosEl significado de los verbos que sirven de núcleo a estas oraciones tiene relación con los fenómenos de la naturaleza:
La ausencia de sujeto explícito es consecuencia del propio
valor denotativo de estos verbos (llover, lloviznar, granizar,
nevar, tronar, relampaguear, etc.). Sin embargo, en usos
figurados, recuperan la posibilidad de variar en persona gramatical y de adoptar
así un sujeto explícito como cualquier otro verbo. En estos casos hay que
analizarlas como personales:
Impersonales gramaticalizadas o gramaticales
Algunos verbos, que en otros casos presentan variación
personal, pueden quedar inmovilizados en tercera persona del singular y rechazan
cualquier sujeto explícito. Esto ocurre con el verbo haber que, además, sólo es autónomo en construcciones
impersonales con tercera persona del singular. En el presente de indicativo este
verbo adquiere incluso un significante especial: hay.
Es análogo el uso del verbo hacer, que hoy sustituye a haber en las referencias temporales : Con otros significados, también presenta usos impersonales: Algún otro verbo se hace impersonal en ciertas construcciones:
Impersonales de se
El hablante puede mostrar, mediante ciertas construcciones con se que
carecen de sujeto, su indiferencia hacia el realizador de la acción. Son
siempre oraciones con verbo intransitivo o seguido de complemento directo con
a.
Hay que distinguir entre estas impersonales y las pasivas reflejas (o pasivas
de se), en las cuales aparece un sujeto gramatical que concuerda con el
verbo y puede transformarse en pasiva perifrástica (con ser):
Otras construcciones de significado impersonal
Algunas veces el verbo en tercera persona del plural no lleva un sujeto real,
ni expreso ni omitido, bien por ignorarse, por no interesar o por no tener
importancia; son las llamadas impersonales eventuales u ocasionales.
El contexto determinará si se trata de impersonales o no:
La primera persona del plural y la segunda del
singular se pueden utilizar también para expresar impersonalidad; las
construcciones en primera persona del plural se usan mucho en el lenguaje
didáctico, académico y científico; las otras sólo son admisibles desde el punto
de vista normativo en registros coloquiales:
Clases de oraciones por la estructura del predicadoAtributivas y predicativas
Se construyen con los verbos ser, estar o
parecer. Se llaman también copulativas por llevar un verbo cuya única
función es la de servir de enlace (cópula) entre el sujeto y el atributo. El
verbo aporta un escaso valor semántico, pues éste se centra en el atributo.
Entre los rasgos distintivos del atributo está el de relacionarse con el sujeto
y presentar, cuando ello es posible, concordancia en género y número:
Otra característica del atributo es la de poder ser conmutado por
lo. Esto podría provocar su confusión con el CD; para distinguirlos basta
con recordar que, mientras el CD se conmuta por lo, la, los
o las, según su género y su número, el Atr lo hace siempre por lo,
independientemente del género y el número que posea.
Aunque la denominación de oraciones predicativas no es demasiado apropiada, la
gramática tradicional ha utilizado este término para referirse a las oraciones
que llevan un verbo que no es ni ser ni estar, es decir, un predicado no
atributivo. Hay varios tipos de oraciones predicativas. En primer lugar es
posible distinguir entre transitivas e intransitivas.
Transitivas e intransitivas
Las transitivas son aquellas que presentan junto al verbo un
complemento (sintagma nominal o equivalente) sin cuya existencia no está
completo semánticamente. Tradicionalmente se denomina a este elemento
complemento u objeto directo, al que reconocemos fácilmente porque se puede
conmutar por uno de los siguientes pronombres personales átonos: lo,
la, los, las:
No podemos decir La vieja dio, porque el sentido
quedaría incompleto. Se puede conmutar por el pronombre la (la dio).
Se llaman intransitivas las que no precisan de complemento
directo para que el verbo resulte completo semánticamente:
La mayoría de los verbos pueden aparecer en ambas
estructuras:
Sin embargo, hay verbos que suelen aparecer en construcciones
transitivas y se les puede llamar transitivos como contar, decir,
dar, tener, poseer, etc.; y otros que suelen construirse
sin CD y se les llama intransitivos (vivir, existir, morir,
ir, venir, etc.). De todas formas, hay que tener en cuenta
que son las oraciones y no los verbos las que son transitivas o intransitivas.
Reflexivas
Se caracterizan porque el sujeto es a la vez agente y
paciente, es decir, realiza y recibe la acción expresada por el verbo. El
sujeto de estas oraciones siempre es un sustantivo animado y se construyen con los
pronombres reflexivos me, te, se, nos, os, se.
Pueden ser directas o indirectas según que el pronombre sea complemento directo
o indirecto:
Hay construcciones pronominales que, aunque tienen forma
reflexiva, su significado reflexivo no está tan claro. En ellas aparece un pronombre
reflexivo junto a un verbo transitivo. La función del pronombre es en estos
casos meramente enfática e incluso puede ser suprimido:
También son pseudo-reflexivas las que llevan un pronombre
reflexivo junto a un verbo intransitivo: Yo me marcho a casa. / Yo marcho a
casa. Mi padre se salió del cine. / Mi padre salió del cine. En estos casos
la partícula reflexiva acentúa el significado de dinamismo y de voluntariedad
del sujeto.
Hay algunos verbos cuya forma es obligatoriamente reflexiva
como arrepentirse, jactarse, atreverse, quejarse,
dignarse, fugarse, suicidarse, etc.:
Recíprocas
Las oraciones recíprocas se consideran como un caso
particular de las reflexivas cuando el sujeto es múltiple o plural y la acción
es intercambiada por cada uno de los componentes del sujeto. Los sujetos son
siempre animados y se construyen con los pronombres nos, os, se.
También las hay directas e indirectas:
Activas y pasivas
Algunas oraciones transitivas
pueden sufrir una transformación por la que el complemento directo pasa a sujeto
paciente y el sujeto se convierte en complemento agente. Además el verbo adopta
la forma de perífrasis pasiva, es decir, auxiliar ser + participio.
En este caso se dice que la oración se ha transformado de activa a pasiva:
Los alumnos evacuaron el edificio. → El edificio fue evacuado por los alumnos.
Las dos construcciones tiene un sentido idéntico pero cambia su estructura
sintáctica.
Tipos de pasiva
Aunque la gramática latina establecía
dos tipos de pasiva, primera de pasiva (con ablativo agente) y segundas de
pasiva (sin ablativo agente), la gramática española no mantiene esta separación,
sino que prefiere clasificarlas, por su estructura, en pasivas
perifrásticas (también denominada pasiva analítica, pasiva de
ser + participio o simplemente pasiva) y pasivas
reflejas (pasivas de se).
En este último caso lo que más interesa destacar es el objeto
de la acción (la ley) y por ello se coloca en lugar preferente y por lo
general se omite el agente (diputados). Ésta es la razón por la
que hay una tendencia a la confusión con las impersonales.
Uso limitado
A veces, bien por desconocimiento del
agente, bien por voluntad de callarlo, bien por indiferencia, las circunstancias
imponen el uso de la pasiva. Si no es así el español prefiere la construcción
activa. En la lengua hablada actual, la pasiva tiende a desaparecer; se utiliza
en su lugar o bien la activa, o bien la pasiva refleja (también llamada
pasiva de se
).
Su uso, por tanto, ha quedado limitado a algunos tipos de
textos, todos ellos escritos. Es especialmente frecuente en los textos
científicos y humanísticos, y en los escritos
administrativos.
¿Pasivas o atributivas?
La voz hace patente el tipo de relación
que se establece entre el significado del verbo y el del sujeto. Muchas veces,
la experiencia comunicada comporta un actor de la actividad designada por
el verbo, y un paciente afectado por ella. Cuando actor y sujeto
coinciden se habla de sujeto agente, cuando no coinciden se habla de
sujeto paciente.
Como ya se ha apuntado arriba, en
español no hay morfemas verbales diferentes para la pasiva, es decir, la
expresión de los contenidos activo y pasivo no afecta a la estructura de la
forma verbal, sino sólo a la construcción de la oración. Compárense estas
oraciones:
De los ejemplos se induce que no hay
diferencias apreciables entre una atributiva y una pasiva. Con todo, por motivos
prácticos debemos seguir hablando de estructuras pasivas perifrásticas y
analizarlas como tales.
Cuando el participio, en alguna de sus
acepciones o usos, deja de ser considerado verbo y se adjetiva permanentemente,
puede darse ambigüedad entre la interpretación pasiva y la atributiva:
Son casos límite, cuyo sentido se
deduce habitualmente del contexto o la situación.
Si las pasivas perifrástica apenas posee rasgos que la
diferencien de las atributivas, tampoco las pasivas
de se presentan
características especiales en su forma verbal:
Se construyen casas.
El hecho de que el objeto designado por
el sujeto (casas) sea en realidad el paciente de la actividad no impone
en la estructura gramatical ningún rasgo particular. Se trata de una forma
verbal incrementada por el «reflexivo» se, que alude a la misma persona
designada por la terminación verbal y por el sujeto explícito. En realidad, el
se ha dejado de ser reflexivo en estos casos, y se ha convertido en una
mera marca de pasividad.
Restricciones en el uso de la pasiva
No todos los verbos transitivos en
español pueden formar parte de construcciones pasivas en todos los tiempos de la
conjugación, por más que algunas veces en las clases de Lengua se someta el
idioma a ejercicios rebuscados e inútiles. ejemplos:
Pasivas con estar
Aún más dudoso es considerar pasivas
algunas perífrasis de estar + participio, más fácilmente explicables bien
como perífrasis verbales perfectivas, bien como estructuras totalmente
atributivas:
Pasiva refleja o pasiva de se
Las pasivas reflejas son oraciones con
significado pasivo y forma activa.
Las oraciones pasivas perifrásticas se
utilizan cada vez menos en nuestra lengua, y para la expresión del contenido
pasivo la tendencia más generalizada es la construcción pasiva refleja, poco
frecuente en los comienzos del español. Actualmente predomina tanto en lengua
hablada como escrita. Su estructura formal es la siguiente:
El SN S puede también anteponerse:
Las pasivas reflejas no suelen llevar
complemento agente (CAg) aunque a veces, en textos periodísticos o
administrativos, aparecen con él.
En la evolución de la pasiva
perifrástica a la pasiva refleja hay una clara intención de ocultar el agente,
y, por ello, su significado está muy próximo al de las oraciones impersonales.
La estructura pasiva refleja se produce cuando el agente no tiene interés para
el hablante:
También se usa la pasiva refleja cuando
el hablante no quiere aparecer en la oración y busca esconderse en una
generalización cómoda:
Para reconocer las oraciones pasivas
reflejas y distinguirlas de las impersonales, es fundamental observar la
concordancia que se establece entre el núcleo del sujeto y el núcleo del
predicado. Cuando aparece el CAg no hay problema a la hora de clasificar estas
oraciones. Obsérvese la concordancia en los siguientes ejemplos:
Sin embargo, es frecuente que nos
encontremos en los letreros y en los medios de comunicación la expresión no
normativa:
En estos casos, cuando el SN se refiere a cosas no hay
ninguna dificultad, pero si se trata de personas nace la ambigüedad:
En el tercer ejemplo caben tres
interpretaciones: 1
Los profesores se alaban a sí mismos.
2 Los profesores se alaban
unos a otros.3
Alguien alaba a los profesores.
Con el fin de evitar ese problema, el
idioma fue extendiendo la práctica de poner el verbo en singular y al elemento
que era sujeto anteponerle una preposición a para convertirlo en complemento
directo:
De esta manera se resuelve la posible
ambigüedad y las oraciones quedan convertidas en activas de sujeto indeterminado
(impersonales) y un complemento directo de persona con la preposición a.
Este tipo de construcciones tiende a
generalizarse, incluso con complementos de cosa. Sin embargo, en estos casos no
hay posible vacilación ni confusión con oraciones reflexivas o recíprocas: en el
ejemplo Se vendieron tierras, nadie puede pensar que las tierras se
vendieran a sí mismas, ni que se vendieran unas tierras a otras.
La vacilación entre Se venden
manzanas y *se vende manzanas, tan discutida por los gramáticos
depende de que prevalezca la idea de que las manzanas son vendidas y por tanto
con el elemento nominal concertando con el verbo, o bien que se considere que
hay un sujeto indeterminado (impersonal activa).
A la hora de analizarlas
sintácticamente, sobre todo cuando el sujeto de la pasiva refleja es toda una
proposición, una gran mayoría de alumnos comete el error de considerar la
proposición subordinada como complemento directo y la oración como impersonal.
Pero no cabe duda de que la proposición subordinada es sujeto si realizamos los
pasos de conmutación adecuados:
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martes, 18 de octubre de 2011
Clases de Oraciones
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